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Antídotos

Leo cosas, muchas. Van de dietas para combatir la depresión (y ya no para tener abdomen plano) a historias ajenas sobre maternidades que curan endometriosis. Leo sobre cómo tomar el sol cura la mente más que perseguir la iluminación en una ciudad fría e indolente de Occidente. Leo sobre por qué la depresión puede tener relación con las pastillas anticonceptivas que tomo hace años y que podría dejar de tomar si me ligara las trompas. En millares de foros, mujeres jóvenes sin hijos dicen que la operación destruyó sus ciclos menstruales y que ahora toman pastillas anticonceptivas para volver a tener la regla. Leo sobre la depresión posparto y la depresión premenstrual y la depresión posligaduradetrompas y la depresión pospastillasanticonceptivas y la depresión de ser mujer. Leo sobre mi Quirón en cáncer en casa cinco: problemas con los hijos y la madre, miedo a la maternidad. Tomar Fluoexitina reduce el efecto de las pastillas anticonceptivas. Meditar puede llevar al suicidio. “Siddharta dijo que alguien que te roza en la calle comparte una experiencia con vos por quinientas vidas”, escribe a su vez Mary Ruefle en un poema. Mi papá me pide confiar en Dios, pero yo sé que Dios no traerá el milagro de confiar en mí misma. Julián me pide que recuerde que esto es tan solo una mala racha. El terapeuta de M decía que la “mala racha” es síntoma inequívoco de que nos persigue la muerte. Estudios afirman que la depresión no es resultado de un desbalance químico. Las farmacéuticas dicen que la hierba de San Juan es tan solo un placebo. Bernardo Soares describía su depresión como una parálisis del alma. “En esos periodos de sombra, soy incapaz de pensar, de sentir, de querer”. Para mí la parálisis del alma es ausencia de amor. El amor es fe y voluntad. La fe otorga y en la voluntad reside su potencia. Una chica escribe en su blog que hay que explicarse menos y hacer más. Benesdra comienza El Camino Total diciendo que la depresión solo se combate cediendo a ella, “dejándose invadir con libertad absoluta por la sensación del derrumbe”. También decía, ya no en el libro, que los extraterrestres vendrían a robarse un obelisco en Buenos Aires. Tiempo después (de una cosa y de la otra) se lanzaría por la ventana de su apartamento. M dijo (no a mí) que amor es ausencia de miedo. “¿Miedo a qué? Al amor”. El amor que quita todo miedo a sí mismo es un amor que otorga credulidad. La fe es un tipo de credulidad que se sabe frágil. Sabe que la creencia es débil o, más bien, que el objeto de la creencia lo es, y aún así se rebela. ¿En qué dioses, en qué dietas, en qué estudios reside el amor? ¿Cuáles ejercicios y meditaciones y baños con yerbas traerán de regreso la voluntad? ¿Habrá fe después de que Marte deje de retrogradar en acuario en mi casa doce donde contacta al nodo sur del karma? ¿Dónde surge la fe y la voluntad? ¿De dónde nace el amor? ¿Cómo se alimenta? No hallo una respuesta que no vuelva sobre el amor mismo (engañoso como petitio principii). En la radio, más temprano, han hablado sobre las diferencias entre un gato aburrido y uno triste. Mi papá dice que seguro Malena también se deprime. Yo digo que no, porque tiene voluntad y energía de sobra. Mi papá dice que no sabemos. Y es verdad, nunca sabemos.

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