(Localidad de La Candelaria)
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Después de que mi papá perdió la casa de la 72, nos fuimos a Las Aguas, a la casa del papel. El lugar estaba todo lleno de cuartos con rollos gigantescos de celulosa que entraban y sacaban rumbo a El Espectador. Con Lilia e Isabel jugábamos a corretearnos y a escondernos por entre el papel extendido al sol como la ropa, hasta que llegaba mi papá y con su gentil formalidad nos regañaba.