Nunca vi el cuerpo muerto de mi hermano. En el anfiteatro vi tres fotografías de cuerpos muertos que no eran él. Escuché descripciones de cuerpos muertos que no eran él. Leí su carta dental, el relato objetivo de un fragmento del cuerpo que ya no era él, pero nunca el análisis de DNA que confirmaba (dicen) el parentesco entre su cuerpo muerto y mi cuerpo vivo. Vi la bolsa negra y sellada que prometía contener el cuerpo muerto que sí era él y que, sin embargo, ya no era el cuerpo de Ricardo Ruiz en su disposición biológica natural: seis […]