(Localidad de Santa Fe)
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“Nací tras la puerta del número 31-17 en un estrecho callejón al que le caben dos mil y una historias. Y aquí mismo espero la muerte sin sonrojarme. Fui chichera, de la mano de mi madre y mi abuela, en las épocas en que la bebida de maíz convivía en igualdad con el guarapo, el aguardiente y la cerveza. De niña, también en familia, hice los capachos que compraba Bavaria para cubrir la cerveza que se transportaba a lomo de mula a los pueblos de la Sabana. También fui polvorera y obrera de la fábrica, como muchos de mis vecinos.
La cercanía con la fábrica de Bavaria atrajo al barrio cientos de campesinos de Boyacá, Tolima y Cundinamarca a mediados del siglo pasado. Don Leo Kopp, fundador de Bavaria, otorgó préstamos a la gente y, con trabajo mancomunado, se fueron construyendo casas de adobe que aun hoy se mantienen en pie, aunque la mía está a punto de caerse.
Sin embargo, no olvido cada lunes visitar la tumba de don Leo para agradecerle que ayudó a mis padres, dos inmigrantes de Boyacá, a construir la casa en la que hoy vivo. Además, le pido favores económicos porque, según dicen por ahí, él todavía escucha”. (Relato de Asunción Bernal, “Los milagros de Don Leo”, citado en La Perseverancia: barrio obrero de Bogotá).