El proyecto surgió como una forma de vencer mi holgazanería con una rutina diaria de dibujo, aunque no lo haya estudiado ni me dedique a ello profesionalmente; y, además, como un pretexto para explorar Bogotá y su carácter más allá de sus trayectos turísticos y estereotipos.

Por eso, el 26 de enero del 2015 decidí que me dedicaría, por cuatro meses, a recorrer las veinte localidades de la ciudad, y a dibujar a diario una fachada producto de esos recorridos.

Además, quise incluir en mi itinerario tres municipios (Soacha, Chía y La Calera) como muestra del continuo proceso expansivo de Bogotá.

La idea, desde el principio, fue hacer un libro con una selección de este material. Y así lo hicimos con un pequeño equipo editorial y gracias a 306 lectores que, a ciegas, confiaron en esta empresa fachada en la plataforma de crowdfunding Indiegogo. El libro fue una realidad el 16 de diciembre del 2015 y, con él, Ediciones Milserifas.

Y como el proyecto creció tanto y de forma tan inesperada –como la ciudad misma– quise, además, disponer de este espacio virtual como bitácora del proyecto.